Mi película favorita de Marilyn, la más vista, la más amada. La vuelvo a ver siempre que quiero pasar un rato agradable, con una sonrisa siempre en la boca, con el sabor dulzón de la sensualidad, y la edulcorada inocencia de otra época (siempre me gustaron aquellos años 50 de colores apastelados, mujeres voluptuosas y caballeros entrajetados de educación exquisita —que no viví, por supuesto).
En ésta película, Marilyn encarna un papel para el que ella ha nacido, de mujer extremadamente sexy, pícara, de inocente actriz en ciernes que se instala en el piso de arriba de un hombre (Tom Ewell, genial también en su papel) que ha enviado a su mujer y a su hijo a pasar fuera el verano. Se trata de una comedia muy divertida con el trasfondo de la moralidad y la fidelidad del hombre luchando duramente contra la irresistible atracción de la Monroe.
La escena de Marilyn dejándose refrescar sobre las rejas de ventilación en la calle, con sus faldas volando provocadoras, es todo un icono en el mundo del séptimo arte.
Marilyn Monroe... Puro glamour, sensualidad, voluptuosidad, sexualidad disfrazada de inocencia... así la he visto yo desde siempre, y quizás porque ella moría 3 meses y 3 días después de que yo naciera, puede que algún lazo invisible nos uniera de alguna forma para siempre...
Dirigida por el genial Willy Wilder en 1955.
En ésta película, Marilyn encarna un papel para el que ella ha nacido, de mujer extremadamente sexy, pícara, de inocente actriz en ciernes que se instala en el piso de arriba de un hombre (Tom Ewell, genial también en su papel) que ha enviado a su mujer y a su hijo a pasar fuera el verano. Se trata de una comedia muy divertida con el trasfondo de la moralidad y la fidelidad del hombre luchando duramente contra la irresistible atracción de la Monroe.
La escena de Marilyn dejándose refrescar sobre las rejas de ventilación en la calle, con sus faldas volando provocadoras, es todo un icono en el mundo del séptimo arte.
Marilyn Monroe... Puro glamour, sensualidad, voluptuosidad, sexualidad disfrazada de inocencia... así la he visto yo desde siempre, y quizás porque ella moría 3 meses y 3 días después de que yo naciera, puede que algún lazo invisible nos uniera de alguna forma para siempre...
Dirigida por el genial Willy Wilder en 1955.
No hay comentarios:
Publicar un comentario