La magia del cine me hechizó desde niño viendo películas como esta. Películas donde se contaban historias grandiosas, hazañas increíbles, auténticas epopeyas con inmensos decorados, miles de extras y actores que nos hacían soñar con que compartíamos con ellos las historias que nos contaban.
De nuevo Charlton Heston interpretando extraordinariamente a un Judah Ben-Hur que le valió un Oscar de la Academia y que nos tiene durante todo el film con el corazón encogido. Acompañado por las no menos maravillosas interpretaciones de Jack Hawkins, Haya Harareet, Stephen Boyd, Hugh Griffith y Martha Scott entre otros.
La fotografía, con una iluminación maravillosa, y los increíbles decorados son de auténtico lujo.
Una película como BEN-HUR es la esencia de todo cuanto para mí representa el cine, y sigo disfrutando, al volver a verla, como un niño.
"Un título que está más allá del bien y del mal, máximo ejemplo de una forma de entender el cine ya desaparecida" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
(Me quedo con un consejo de Baltasar a Judah: ‘Son muchos los caminos que conducen a Dios, no te los cierres con el odio o la venganza’).
Fue dirigida en 1959 por William Wyler con guión de Karl Tunberg sobre la novela de Lewis Wallace, y cosechó 11 Oscars, incluido el de mejor director y película.
De nuevo Charlton Heston interpretando extraordinariamente a un Judah Ben-Hur que le valió un Oscar de la Academia y que nos tiene durante todo el film con el corazón encogido. Acompañado por las no menos maravillosas interpretaciones de Jack Hawkins, Haya Harareet, Stephen Boyd, Hugh Griffith y Martha Scott entre otros.
La fotografía, con una iluminación maravillosa, y los increíbles decorados son de auténtico lujo.
Una película como BEN-HUR es la esencia de todo cuanto para mí representa el cine, y sigo disfrutando, al volver a verla, como un niño.
"Un título que está más allá del bien y del mal, máximo ejemplo de una forma de entender el cine ya desaparecida" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
(Me quedo con un consejo de Baltasar a Judah: ‘Son muchos los caminos que conducen a Dios, no te los cierres con el odio o la venganza’).
Fue dirigida en 1959 por William Wyler con guión de Karl Tunberg sobre la novela de Lewis Wallace, y cosechó 11 Oscars, incluido el de mejor director y película.